LA PRIMERA ESCUELA DE NIÑAS


LA PRIMERA ESCUELA DE NIÑAS
Templo de la Inmaculada
Esta es la capilla de la Inmaculada Concepción.
Este hermoso templo sirve para que las estudiantes
se pongan en comunión con Dios.

La Inmaculada Concepción es la continuadora del primer centro educativo para niñas.

En el siglo 18, los jesuitas, que se oponían al funcionamiento del anterior centro educativo, abrieron las puertas de una escuela elemental, en donde los niños hijos de los españoles y principiantes de la ciudad aprendían caligrafía, ortografía, matemáticas, latín y artes. Cuando los ignacianos fueron expulsados en 1767, el problema educacional hubo de sufrir grave deterioro en vista de la pobreza del cabildo ibarreño.

A pesar de esta grave situación, las haciendas, Chamanal, Concepción, Pisquer, Huaquer, Chorlaví y Santiago, que eran de su propiedad, fueron vendidas y hasta los ornamentos sagrados se repartieron entre las iglesias de las parroquias. Con suerte, estas propiedades se hallaban gravadas con fuertes capitales a censo que fueron reconocidos por los compradores, con cuyos réditos se pudieron mantener algunas escuelas que fueron creadas por el Cabildo ibarreño luego de la salida intempestiva de los padres jesuitas (1).
Infraestructura
El antiguo edificio se mantiene
en perfectas condiciones
Es de la justicia recordar los nombres de los primeros profesores de gramática latina que hubo en Ibarra como Julio Fernández de Córdoba, José Ledesma, José Constante y Sevilla y Antonio Ledesma, quienes sirvieron a los niños y jóvenes entre 1776 y 1805 (2).

En los registros de la Curia Metropolitana de Quito, se cita a los maestros Juan Benigno Andrade, Manuel Sotomayor y Calero, Anastasio Paredes Tamayo, Sebastián Gómez y Pedro Ayala, como responsables de las escuelas que funcionaban gracias a los censos aplicados a las antiguas haciendas jesuíticas. (3)

En 1803, el corregidor Manuel de Velasco, solicita al Cabildo de Ibarra "autorización para imponer unas capellanías en las inmediaciones de Carabuela y con sus réditos establecer una escuela para niñas huérfanas, así como para doncellas pobres pero nobles, cumpliendo de esta manera la voluntad de su madre Doña Juana Viteri"(4).

No sabemos si ese pedido tuvo acogida, por cuanto no hay documento alguno que evidencie la creación de este centro educativo.


Educadas para ser madres
Interior de la Capilla
Los interiores de la Capilla

Para 1818, el obispo Leonardo de Santander y Villavicencio, quien reemplazó a Monseñor Miguel Fernández García en la silla Episcopal de Quito, dispuso que las monjas Conceptas que tenían su monasterio en el sitio que actualmente ocupa el colegio La Inmaculada Concepción, establezcan una escuela pública para niñas de la Villa de Ibarra, en donde debía impartirse caligrafía, ortografía, aritmética, costura, música, bordado, preparación de recetas de cocina, etc.

Con el fin de dar cumplimento a lo dispuesto por el Papa Pío VI, quien ordenó crear estas escuelas en la Indias, teniendo la autorización de Carlos IV, relativo a lo que debía dictar clases en los conventos de religiosas. Esta fue una de las últimas disposiciones del rey de España antes del proceso de independencia.

Posteriormente, las autoridades de la Curia de Quito, particularmente el obispo Arteta, dispusieron que se mantenga la disposición para que las niñas puedan educarse y aspirar a "ser eficientes madres, orientadoras de una familia ejemplares y cristianas y sobre todo evitar los problemas del mundo que ahora se ciernen sobre estas nuevas generaciones..." (5) Para ello dispuso que en Ibarra se mantenga la escuela en manos de las Conceptas y que se pague a los instructores con los fondos que producían las cuartas episcopales que eran los derechos del obispo que los curas debían pagar cuando se administraban los sacramentos. Lamentablemente, esto no ocurrió así por cuanto los religiosos incumplían con estas obligaciones. Para subsanar este problema, el mismo obispo mandó que de los bienes que tenían las monjas se destinen algunos valores para mantener la escuela. Con pesar, las malas administraciones de las haciendas que las religiosas tenían impedían que las mismas consagradas tuvieran lo suficiente para poder subsistir.

Ante la gravedad del asunto, el coronel Nicolás Vernaza, gobernador de Imbabura, ordenó en forma enérgica que se tomaran trescientos pesos del fondo Santiago de monjas para que esta escuela continúe. (6)

MÁS HISTORIA
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El terremoto

Los antiguos registros de las Conceptas que se pueden consultar en el Archivo de la Curia de Quito, indican que la escuela continuó funcionando hasta cuando el monasterio fue destruido por el terremoto de Ibarra en 1868 y eliminado totalmente por el obispo Serafín Vannuteli, delegado apostólico, en el año de 1874 debido a que no era conveniente restaurar el convento por poco número de conventuales, a pesar de que del monasterio de Loja llegaron tres monjas para reemplazar a las fallecidas.

Historia

Volvieron las clases

Por ese motivo, los bienes pasaron al poder de las Madres de la Providencia, quienes pretendieron establecer una casa religiosa en Ibarra, pero al no hacerlo, estos recursos se entregaron a las Madres de la Caridad, las que reiniciaron las clases para niñas a partir de 1885.




La Inmaculada

La citada comunidad religiosa fue fundada por el francés Vicente de Paúl con el fin de fundar hospitales, orfelinatos, casas asistenciales y escuelas para niñas pobres. Llegaron al Ecuador en el año de 1871. La institución educativa" La Inmaculada Concepción es continuadora del primer centro femenino.